La displasia de cadera es una enfermedad ósea que afecta a muchos perros en todo el mundo. Es hereditario y por lo general no se desarrolla hasta los 5 o 6 meses de edad o, a veces, en la etapa adulta. Es una enfermedad degenerativa que puede llegar a ser tan dolorosa para el perro que incluso en una etapa avanzada puede llegar a incapacitarlo por completo.
Afecta a las razas de perros grandes, especialmente si no han recibido las dosis adecuadas de calcio y minerales que necesitan para su rápido crecimiento. La mala alimentación, el ejercicio físico extremo, el sobrepeso y las alteraciones hormonales también pueden provocar el desarrollo de la enfermedad. Sin embargo, también puede ocurrir por causas genéticas y aleatorias.
Si sospechas que tu mascota puede estar padeciendo esta enfermedad, sigue leyendo. Discutiremos displasia de cadera en perros, junto con los síntomas y tratamientot indicado para la enfermedad.
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¿Qué es la displasia de cadera en perros?
El nombre Displasia es de origen griego y significa dificultad para formar. Por eso la displasia de cadera en perros consiste en una Malformación de la articulación coxofemoral. Esta es la articulación de la cadera que une el fémur (hueso del muslo) con el hueso pélvico. La cabeza del fémur tiene forma de bola y se mueve hacia una cavidad cóncava del hueso pélvico, llamada acetábulo.
Durante la etapa de crecimiento, la cadera no se desarrolla normalmente, lo que provoca fricción. Esta malformación impide un movimiento suave que se agrava con el tiempo.
Como resultado de esto, el perro sufre dolor y hasta cojea, haciéndolos luchar con actividades rutinarias como sentarse o subir escaleras.
Aunque hay muchos perros que pueden llevar esto en sus genes, no siempre se desarrolla la enfermedad.
Perros propensos a la displasia de cadera
Displasia de cadera puede afectar a todo tipo de perros, aunque es más común que se desarrolle en razas grandes o gigantes. Debemos intentar prevenirlo informándonos de las necesidades de nuestra mascota en cada etapa de su vida. Algunas razas de perros propensos a la displasia de cadera son:
- Pastor alemán
- malinois
- pastor belga
- Mastín del Pirineo
- Mastin Español
- Mastín Napolitano
- San Bernardo
- Perro de montaña de Bernese
- Galgo
- Lebrel
- perro perdiguero de oro
- rottweiler
- Husky siberiano
- Terrier fronterizo
- dogo americano
- Bulldog inglés
- Bulldog francés
Causas y factores de riesgo de la displasia de cadera
La displasia coxofemoral es una enfermedad compleja porque es causada por muchos factores, tanto genéticos como ambientales. Aunque es hereditario, no es congénito, ya que no se da desde el nacimiento sino que el perro lo desarrolla a medida que crece.
Los factores que influyen en la aparición de displasia de cadera en perros son:
- Predisposición genética: aunque aún no se han identificado los genes implicados en la displasia, existe fuerte evidencia de que se trata de una enfermedad poligénica. Es decir, es causada por dos o más genes diferentes.
- Crecimiento rápido y/u obesidad: una dieta inadecuada puede favorecer el desarrollo de la enfermedad. Darle a su cachorro muchos alimentos ricos en calorías puede conducir a un crecimiento rápido que lo predispone a la displasia de cadera. La obesidad en perros también puede favorecer el desarrollo de la enfermedad, ya sea en perros adultos o en cachorros.
- Ejercicio inapropiado: Los perros en crecimiento deben jugar y hacer ejercicio para liberar sus energías. O desarrollar su coordinación y socializar. Pero, los ejercicios que impactan las articulaciones pueden causar daño, especialmente en la etapa de crecimiento. Así, los saltos están desaconsejados en perros que aún no han completado su desarrollo. También es lo mismo para los perros mayores que necesitan hacer ejercicio sin resentir sus huesos. Un exceso de actividad puede conducir a la aparición de esta enfermedad.
Si bien el crecimiento rápido, la obesidad y el ejercicio inadecuado pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad, el factor crítico es genético.
Debido a esto, la enfermedad es más común en algunas razas grandes y gigantes. Razas como San Bernardo, Mastín Napolitano, Pastor Alemán, Labrador, Golden Retriever y Rottweiler.
Dicho esto, algunas razas de tamaño mediano y pequeño también son muy propensas a esta enfermedad. Entre estas razas se encuentran el bulldog inglés (una de las razas con mayor probabilidad de desarrollar displasia de cadera), así como el pug y el spaniel. En galgos, sin embargo, la enfermedad es casi inexistente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que al ser una enfermedad hereditaria pero influenciada por el medio ambiente, la incidencia de la misma puede variar mucho. Por supuesto, la displasia de cadera también ocurre en perros mestizos.
Síntomas de displasia de cadera en perros
Los síntomas de la displasia de cadera suelen ser menos evidentes cuando la enfermedad comienza a desarrollarse y se vuelven más intensos y evidentes a medida que el perro envejece y sus caderas se deterioran.
Los síntomas son:
- Inactividad
- negarse a jugar
- Negarse a subir escaleras
- Negarse a correr y saltar
- Cojear
- Dificultad para mover las patas traseras.
- Movimientos de «salto de conejo»
- Balanceo
- Rigidez en la cadera
- Rigidez en las patas traseras
- Dolor de cadera
- Dolor pélvico
- Atrofia
- Clics audibles de la cadera
- Dificultad para levantarse
- Aumento de los músculos del hombro.
- Espalda curvada
Estas los síntomas pueden ser constantes o intermitentes. Además, suelen empeorar después de que el perro juega o hace ejercicio. Si detecta alguno de estos síntomas, le recomendamos visita a tu veterinario hacerse ecografías. Ellos certificarán si el perro realmente tiene esta enfermedad.
Padecer displasia de cadera no significa el fin de la rutina diaria de tu perro. Es cierto que debes seguir unas pautas y consejos que cambiarán tu rutina diaria.
Pero lo cierto es que, usando los medicamentos que te recomiende tu veterinario o con la homeopatía, tu perro puede mejorar su calidad de vida y seguir disfrutando del tiempo contigo.
Diagnóstico de displasia de cadera
Si tu perro presenta algunos de los síntomas descritos, es posible que tenga displasia de cadera. Así que llévalos al veterinario para que haga el diagnóstico. Durante el diagnóstico, el veterinario palpará y manipulará las caderas y la pelvis, así como solicitar una radiografía de esa zona. Además, puede solicitar análisis de sangre y orina. El resultado de este diagnóstico mostrará si la condición es displasia de cadera u otra enfermedad.
Tenga en cuenta que el dolor y la dificultad para moverse dependen más de la inflamación y el daño en la articulación que del grado de displasia en sí. Por lo tanto, algunos perros que presentan displasias leves en el análisis radiográfico pueden sufrir mucho dolor, mientras que otros con displasias severas pueden ser menos dolorosos.
Tratamiento de la displasia de cadera
Aunque la displasia de cadera no tiene cura, existen tratamientos que pueden aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida del perro enfermo. Estos tratamientos pueden ser médicos (no quirúrgicos) o quirúrgicos. Para decidir qué tratamiento seguir, ten en cuenta la edad del perro, su tamaño, su estado de salud general y el grado de daño en la cadera. Por supuesto, la opinión de tu veterinario y el coste de los tratamientos también entran en juego en la toma de decisiones.
- Tratamiento médico Generalmente se aconseja para perros con displasia leve y para los que por diferentes motivos no pueden ser operados. Suele requerir la administración de antiinflamatorios y analgésicos, administración de condroprotectores (medicamentos que protegen los cartílagos), restricción de ejercicio, control de peso y dieta estricta. También se puede complementar con fisioterapia, hidroterapia y masajes, para aliviar el dolor articular y fortalecer los músculos.
La desventaja del tratamiento médico es que debe seguirse durante toda la vida del perro. Tampoco cura la displasia, sino que simplemente retrasa o detiene su desarrollo. Sin embargo, muchas veces esto no es muy complicado y es suficiente para que el perro disfrute de una buena calidad de vida.
- Tratamiento quirúrgico se recomienda cuando el tratamiento médico no funciona o cuando el daño articular es grave. Una de las ventajas del tratamiento quirúrgico es que una vez finalizados los cuidados postoperatorios, no es necesario mantener un tratamiento estricto durante el resto de la vida del perro. Sin embargo, también debe tener en cuenta que la cirugía presenta sus propios riesgos y que algunos perros pueden tener dolor después de la misma.
El tratamiento curativo por excelencia es la triple osteotomía pélvica, que consiste en la remodelación quirúrgica de los huesos. Este proceso proporciona una unión artificial, a través de una placa, que mantiene correctamente los huesos en su lugar sin permitir que el fémur se mueva.
Hay otros casos en los que este tipo de trabajos no se pueden realizar. Estamos hablando de casos incurables. Para estos tenemos tratamientos paliativos como la artroplastia por sobreexposición de la cabeza femoral, que consiste en extirpar la cabeza del fémur, permitiendo así la formación artificial de una nueva articulación. No causa dolor pero reduce el rango de movimientos que el perro puede hacer. También puede generar anomalías al caminar aunque le otorga al perro una calidad de vida digna. Además, también existe la opción de sustituir la articulación de la cadera por una prótesis artificial.
Pronóstico médico de displasia de cadera
Si la displasia de cadera no se trata, el perro sufre una vida de dolor e incapacidad. Para los perros que alcanzan grados muy avanzados de displasia de cadera, la vida se convierte en una larguísima agonía.
Aun así, el pronóstico médico para los perros que reciben tratamiento a tiempo suele ser muy bueno.
Estos perros pueden vivir vidas muy felices y saludables, aunque con algunas restricciones en la dieta y el ejercicio.
Prevención de la displasia de cadera
Dado que la displasia de cadera es causada predominantemente por la genética, la única forma de prevenirla y erradicarla es evitar que los perros displásicos se reproduzcan.
Es por esto que los perros de pedigrí de ciertas razas indican si el perro está libre de la enfermedad, o el grado de displasia que tiene. Por ejemplo, la Federación Cinológica Internacional (FCI) utiliza la siguiente clasificación basada en letras, de la A a la E:
- A (Normal) Libre de displasia de cadera.
- B (Transición) Hay pequeños signos en la radiografía, pero no son suficientes para confirmar la displasia.
- C (Leve) Displasia de cadera leve.
- D (Media) La radiografía muestra displasia de cadera promedio.
- E (Severo) El perro tiene displasia severa.
Los perros que tienen displasias con grados C, D y E no deben usarse en reproductores. Como es muy probable que se transmitan los genes portadores de la enfermedad.
Por otra parte, debemos Siempre ten cuidado con el ejercicio físico. y el riesgo de obesidad en nuestra mascota. Estos dos factores son claramente influyentes en la aparición de la displasia de cadera.
Cuidar a un perro con displasia de cadera
Incluso si tu perro sufre de displasia de cadera, puedes mejorar su calidad de vida
considerablemente, si se tiene el cuidado adecuado. Su perro debería poder continuar realizando sus actividades de rutina. Y sí, con más calma que antes.
- Una de las propuestas que mejor funcionan es nadar tanto en la playa como en la piscina. De esta forma el perro desarrolla los músculos que rodean las articulaciones sin desgastarlas. Un par de veces a la semana será suficiente.
- No dejes de sacar a pasear a tu perro porque padezca displasia. Reduzca el tiempo de caminata pero aumente las veces que las toma. Es muy importante tener al menos 30 minutos de ejercicio al día.
- Si tu perro sufre de obesidad, es muy importante que le pongas remedio cuanto antes. Recuerda que el perro apoya su peso en la cadera y este problema podría agravar la displasia. Busque alimentos livianos en el mercado y evite los refrigerios con alto contenido de grasa.
- Lleve a su perro al veterinario para chequeos regulares para monitorear su salud. Siga los consejos del especialista.
- Si sienten mucho dolor puedes intentar aliviar los síntomas masajeándolos o utilizando bolsas de agua caliente en invierno.
- Existen sillas de ruedas ergonómicas para perros que padecen displasia. Si el tuyo está siguiendo un tratamiento conservador, podrías beneficiarte de este sistema.
Este artículo es puramente informativo. Wiki Animales no tiene autoridad para prescribir ningún tratamiento veterinario o crear un diagnóstico. Te invitamos a llevar a tu mascota al veterinario si sufre alguna afección o dolor.
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