Los gatos no son sólo criaturas de rutina, son criaturas de lugar. Hay pocos acontecimientos que puedan alterar tanto estos dos factores en la vida de un gato como un viaje al veterinario. Si bien no todos los gatos reaccionarán de la misma manera, cuando llevamos a un gato al veterinario puede que se preocupe mucho. Algunos gatos pueden incluso volverse agresivos y causar lesiones a sus tutores o al personal veterinario. El proceso no sólo es difícil, sino que el gato puede estresarse mucho. Dado que a menudo llevamos al gato al veterinario cuando está enfermo, añadir estrés puede agravar enormemente la situación.
En Wiki Animales descubrimos por qué mi gato odia ir al veterinario. Una vez que lo hayamos hecho, podemos ver algunas formas prácticas con las que puedes ayudar a tu gato a acudir a la clínica veterinaria sin incidentes.
¿Por qué mi gato odia al veterinario?
Puede haber gatos que irán felices al clínica veterinaria, pero muchos más encontrarán la situación incómoda. Los motivos por los que a los gatos no les gusta esta visita tienen mucho que ver con su naturaleza, pero las experiencias previas también pueden informarles.
- El desconocido: los gatos y los humanos se comunican de varias maneras, pero puede resultar difícil explicarle a un gato que acudir al veterinario es beneficioso para ellos. Cuando colocamos a un gato en un transportín para gatos, no sabrá el motivo. Desde su perspectiva, los colocan en un pequeño espacio confinado sin ningún motivo. Esto puede provocar inseguridad e incluso agresión.
- rompiendo la rutina: como hemos dicho en la introducción, los gatos son criaturas de hábitos. Les gusta tener autonomía sobre sus acciones, algo que se les quita cuando los llevamos al veterinario. Esto puede provocar estrés y otros problemas.
- Trauma: la primera vez que colocaron a un gato en una jaula fue cuando era un gatito. Cuando se separan de su madre, les lleva tiempo adaptarse a su nuevo hogar. Es posible que asocien al portador con este evento traumático y no quieran acercarse a él. Si han ido al veterinario antes, es posible que hayan estado muy enfermos, hayan recibido una inyección dolorosa o hayan tenido experiencias traumáticas.
- Falta de entrenamiento: si bien los gatos pueden ser entrenados hasta cierto punto, no es lo mismo que los perros. Los perros quieren complacer a su persona de referencia de una manera que los gatos no. Con un perro podemos utilizar órdenes básicas para ayudarle a mantener la calma cuando acudimos al veterinario, pero los gatos no pueden responder de la misma manera.
- Otros animales: cuando acudimos al veterinario, es probable que los gatos queden expuestos a otros animales. Esto puede incluir perros y otras mascotas que consideran depredadores. Por esta razón, el gato puede asustarse mucho cuando se lo coloca en una habitación con muchos animales que de otro modo evitaría.
- El coche: lo más habitual es que llevemos a nuestro gato al veterinario en coche u otro medio de transporte vehicular. Estas máquinas son ruidosas y confinadas, lo que puede asustar mucho al gato.
Ahora que sabemos por qué los gatos pueden odiar ir al veterinario, podemos buscar algunas formas prácticas de ayudarlos a sentirse seguros y hacer que el proceso sea lo más fácil posible.
1. Crea asociaciones positivas
Si bien es posible que necesitemos llevar un gato a una clínica veterinaria en un emergencia, a menudo sabemos de antemano que tenemos que irnos. En estos casos podemos preparar al gato y ayudarle a acostumbrarse a su transportín.
Lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que tenemos la transportador de mascotas adecuado. El gato necesita poder ponerse de pie dentro de su transportín y girar con facilidad. Para razas de gatos como el Maine Coon que son muy grandes, un transportín demasiado pequeño puede ser perjudicial para su bienestar.
Una vez que tengamos un transportista adecuado, colocaremos un manta cómoda adentro. Haga que el transportista sea hogareño y acogedor. Puedes colocar golosinas y juguetes en su interior para su beneficio. Incluso puedes utilizar feromonas sintéticas o hierba gatera para ayudar al gato a sentirse cómodo y asociar el transportín con algo positivo.
No coloques al gato en el transportín inmediatamente. Coloca una golosina y/o algunos juguetes en el transportador y deja la puerta abierta. deja que el gato entrar y salir tanto como quieran. Finalmente, deberías ver que el gato entra en la jaula y luego se queda dentro. Sólo entonces debes cerrar la puerta. Luego, ábrela poco después y muéstrale al gato que podrá salir nuevamente. Este lento proceso ayudará al gato a asociar positivamente al transportín.
2. Conducir al veterinario
Como muchos gatos odian el viaje en coche al veterinario, es posible que debamos centrar nuestra asistencia en esta parte del viaje. Antes de acudir al veterinario conviene llevar al gato en el coche para un viaje muy corto. Una vez que se acostumbren al transportín, llévalos alrededor de la cuadra en el coche y luego llevarlos dentro. No conduzcas rápido y haz el viaje lo más tranquilo posible. Puedes llevarlos a viajes cada vez más largos para que se acostumbren.
Cuando esté en el automóvil u otro vehículo, mantenga la positividad. Debería trae algunas delicias contigo y deslízales un poco por la puerta si se agitan. Utiliza voces calmantes y evita que el transportista se mueva. Lleve feromonas consigo y haga lo que pueda para garantizar su bienestar.
Conoce algunos consejos más prácticos con nuestro artículo sobre cómo evitar que un gato se maree en el coche.
3. En el veterinario
Si tu gato odia ir al veterinario, debes comunicárselo a tu veterinario. Deben ser conscientes de la sensibilidad del gato para poder saber que esperar. Es posible que el veterinario pueda proporcionarle un asiento en algún lugar alejado de otros animales mientras espera. Prácticamente pueden preparar la habitación para garantizar que el gato esté cómodo y pueden estar mentalmente preparados para un gato potencialmente agresivo.
Cuando estemos en la sala de espera, debemos utilizar el mismo refuerzo positivo como cuando en el transportista y el coche. Lleve golosinas, utilice voces tranquilizadoras y manténgalos tranquilos. Si nuestro gato se asusta mucho con otros animales, puede ser de ayuda traer una manta y colocarla sobre el transportín.
4. Tu comportamiento
Si bien es comprensible, nos centraremos en el comportamiento de nuestro gato Si odian ir al veterinario, debemos asegurarnos de comportarnos adecuadamente. Los gatos se sentirán inseguros si nosotros nos sentimos inseguros, así que mantén la calma y sé firme.
Es importante conducir con calma y con cuidado cuando tenemos un gato en el coche. Esto no solo evitará movimientos que puedan causar inseguridad al gato, sino que el fuerte ruido del automóvil y el tráfico pueden desorientarlo. Una vez en la clínica veterinaria, tendremos que asegurarnos de seguir tranquilizándolos.
Si nuestro gato odia ir al veterinario, tan importante es lo que no hacemos como lo que hacemos. Deberíamos nunca regañes ni castigues el gato. Si tienen miedo de acudir a la clínica, es normal y forma parte de su naturaleza. Regañarlos sólo hará que se sientan más asustados y agravará la situación para la próxima vez. Necesitamos utilizar refuerzo positivo para gatos en todo momento.
Ahora que ya sabes cómo llevar un gato a la clínica veterinaria, mira nuestro vídeo sobre qué esperar en su primera visita:
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