Mi Perro Come Caca De Gato: Por Qué Y Qué Hacer

coprofagia es el término para la ingestión de heces. En los humanos, es un hecho poco común relacionado con enfermedades mentales y prácticas ocultas, pero es un comportamiento relativamente común en algunos animales. En ocasiones, los perros pueden ingerir sus propias heces o las de otros animales. Estos casos aislados de comer caca no deberían causar gran preocupación al tutor del animal. Cuando comer caca se convierte en un comportamiento habitual, es necesario determinar la causa y descubrir cómo detenerlo.

En Wiki Animales analizamos por qué Mi perro come caca de gato y que hacer al respecto.. Entendemos los riesgos que implica esta práctica coprofágica y aprendemos cómo prevenir mejor que nuestro perro desarrolle enfermedades relacionadas.

¿Por qué mi perro come caca de gato?

Como se indicó en la introducción, el acto de un perro de ingerir heces se llama coprofagia. Cuando el excremento en cuestión pertenece a una especie distinta a la propia, se le conoce como coprofagia entre especies. Los perros suelen hacer caca de gato en la caja de arena porque es de fácil acceso, pero también pueden comerla del jardín o mientras caminan.

La coprofagia se considera un comportamiento normal en algunos animales, aunque esto puede ocurrir solo durante ciertas etapas de la vida de un animal. Esto lo podemos ver en perras que acaban de parir. Las perras ingerirán las heces de sus cachorros hasta aproximadamente 10 semanas de vida. El propósito es mantener la higiene en el ambiente y prevenir enfermedades.

Cuando un perro ingiere caca tampoco habitualmente o compulsivamente, es probable que sea un comportamiento relacionado con problemas fisiológicos o psicológicos. Cuando un perro come caca de gato, este contexto puede ayudarnos a comprender el motivo subyacente. Las principales razones por las que los perros comen caca de gato son:

  • Comportamiento exploratorio: los cachorros y los perros adolescentes necesitan descubrir el mundo que les rodea. Lo hacen de varias maneras, incluido el uso de la boca si sienten curiosidad por algo. A esta temprana edad, la ingestión ocasional de heces propias o de gato suele ser parte del comportamiento exploratorio normal de los perros. Es probable que determinen que esto es desagradable y dejen de comer caca de gato una vez que maduren.
  • Aburrimiento o falta de estimulación ambiental.: los perros necesitan estimulación física y mental diaria. Los tipos necesitan adaptarse en cantidad a su estado de salud, edad, carácter y raza. Si dejas a tu perro solo en casa durante mucho tiempo sin nada que hacer o no lo estimulas lo suficiente cuando estás con él, puede aburrirse. El estrés es una respuesta común a este problema que puede provocar varios síntomas en los perros, incluido comer excremento de gato.
  • Llamar para llamar la atención o jugar: en ocasiones los perros aprenden a realizar conductas específicas para llamar nuestra atención y así iniciar una interacción con nosotros. Aunque nos resulten desagradables, se convierten en conductas aprendidas. Si tu perro come caca y sabe que recibirá una respuesta tuya, aunque sea negativa, es posible que lo vuelva a hacer. Esto ocurre cuando no interactuamos lo suficiente con nuestro perro o cuando no logramos establecer una comunicación adecuada.
  • Hambre o deficiencia nutricional: si tu perro tiene hambre o su dieta carece de ciertas propiedades nutricionales, intentará encontrar los nutrientes que necesita donde pueda. Aunque las heces de gato contienen material digerido, pueden proporcionar algo de sustento. Necesitamos valorar las necesidades nutricionales particulares del perro y proporcionarle la dieta más adecuada.
  • Sabor agradable: aunque nos cueste entenderlo, una razón muy común por la que los perros comen caca de gato es simplemente porque la disfrutan. Puede que les resulte atractivo su intenso olor y disfruten el proceso de comerlo.
  • Patología: existen algunas enfermedades y condiciones de salud que pueden provocar que un perro coma caca de gato, aunque es un síntoma relativamente poco común. Estas afecciones suelen ser trastornos metabólicos como la enfermedad de Cushing, la enfermedad de Addison o el hipertiroidismo en perros ya que pueden afectar a sus hábitos alimentarios.

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La coprofagia no siempre corresponde a una única causa subyacente. Cuando la causa del problema es multifacética, a menudo requerimos la ayuda de un etólogo o educador canino que pueda identificar cada desencadenante del comportamiento y proporcionar métodos prácticos para evitar que el perro coma excremento de gato.

Si el comportamiento aparece repentinamente o se vuelve generalizado, será necesario visitar a un veterinario. Pueden determinar si el problema es patológico y proporcionar el tratamiento específico que sea necesario.

Peligros de que mi perro coma caca de gato

Comer caca de gato en un incidente aislado no debería suponer ningún problema importante para la salud de tu perro, especialmente si tiene un calendario de desparasitación adecuado. La coprofagia patológica que se manifiesta con frecuencia puede conllevar ciertos riesgos.

Estos son los principales peligros de que los perros coman caca de gato, especialmente si lo hacen de forma habitual:

  • Dolencias gastrointestinales: si tu perro ingiere grandes cantidades de heces de gato, es muy probable que le alteren el sistema digestivo. Esto puede provocar dolor de estómago, apatía, vómitos y diarrea, entre otros síntomas. En la mayoría de los casos los perros mejoran al poco tiempo, pero en ocasiones es necesario acudir al veterinario y seguir un tratamiento médico para su recuperación.
  • Riesgo de parasitosis: las heces de los gatos pueden contener parásitos capaces de enfermar al perro que las ingiere. Esto es especialmente cierto con los cachorros que aún no han desarrollado un sistema inmunológico fuerte o con perros inmunocomprometidos. Este riesgo aumenta notablemente cuando el perro consume excrementos de gatos callejeros, ya que los gatos debidamente vacunados y desparasitados tienen menos probabilidades de portar parásitos dañinos. Obtenga más información con nuestro artículo sobre los parásitos intestinales comunes de los perros.
  • Adhesión y obstrucción intestinal.: si su perro come la caca directamente de la caja de arena de un gato, no solo está ingiriendo las heces, sino que probablemente se comerá parte de la arena al hacerlo. Cuando esto ocurre con regularidad, el perro no podrá digerir adecuadamente la arena, lo que puede provocar una obstrucción intestinal. Pueden requerir cirugía para resolverse.

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Ante cualquier signo de malestar o dolor, lo mejor es que acudas a tu veterinario. Pueden realizar las pruebas adecuadas para diagnosticar el problema y proporcionar una rápida administración del tratamiento.

Qué hacer si mi perro come caca de gato

La mejor manera de garantizar que su perro esté seguro cuando come excremento de gato es evitar que lo haga en primer lugar. Aquí hay algunas formas prácticas en las que puede hacer precisamente eso:

  • Coloca la caja de arena en un lugar inaccesible para el perro.: al colocar la caja de arena de tu gato en un lugar elevado o en una habitación a la que sólo el felino pueda acceder, evitas que tu perro acceda a los excrementos. Otra opción es utilizar una caja de arena cerrada o cubierta, siempre que tu gato la encuentre cómoda.
  • Limpiar la caja de arena con frecuencia: los gatos son animales muy higiénicos que agradecen que su caja de arena esté siempre limpia. Eliminar las heces a diario reduce las posibilidades de que tu perro las consuma. El uso de arena aglomerante facilitará la limpieza, ya que no tendrás que tirar toda la arena y cambiarla cada vez que la limpies.
  • Ofrezca a su perro estimulación ambiental y social: para evitar el aburrimiento, asegúrate de realizar actividades divertidas con tu perro. Si la coprofagia se debe al aburrimiento, el estrés o la falta de atención, es posible que al darle lo que necesita deje de comer caca. También debes proporcionarle juguetes y juegos de inteligencia para cuando no esté en casa para evitar la ansiedad por separación en los perros.
  • Ofrecer comida de calidad.: tu veterinario podrá identificar si tu perro tiene alguna deficiencia nutricional que pueda estar llevándolo a ingerir heces. Una alimentación completa y de calidad es fundamental para mantener a tu perro con buena salud y prevenir conductas como la coprofagia.
  • Contacta con un etólogo o educador canino: no siempre es fácil encontrar la causa fundamental de la coprofagia en perros. Al ponerse en contacto con un etólogo profesional o un educador canino, tendrá más posibilidades de comprender sus necesidades específicas. Estos profesionales también podrán brindarle orientación práctica para evitar comer excremento de gato adaptada a estas necesidades.

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Nunca usar Castigo físico o herramientas dañinas (como collares de choque o de púas) para enseñarle a su perro a no comer excremento de gato. La educación basada en el castigo genera muchos problemas en el animal, sobre todo a nivel emocional. Esto puede exacerbar el problema de conducta y conducir al desarrollo de otros.

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